miércoles, 16 de mayo de 2007

Eugènne en el país de los tontos

Eugènne el sabio se hizo a la mar en pos de aumentar sus conocimientos, ¡qué terrible infortunio el que le espera! pues la embarcación que lo transporta ha de zozobrar en altamar dejando al sabio Eugènne maltrecho y mal herido, aferrado a uno de los tablones de la embarcación, la muerte es el paso obligatorio, fue el último pensamiento antes de perder el sentido.

Cuando por fin abrió los ojos se vio en un cómodo lecho con sábanas de seda y abullonados almohadones, sus heridas ya curadas y atendidas le dejaron ver que por cuidados no ha parado, su anfitrión a la primer persona que se encuentra es al tonto Víctor que de todos los tontos sin duda alguna es el campeón, Eugènne le pregunta:

-¿en donde estoy?
-no sé sólo sé que es el País de los Tontos, o al menos así le dicen
-caray pues gracias por salvar mi vida y por todos sus cuidados…pero….cómo puedo agradecerles tantas atenciones?.....ya sé yo soy sabio, ustedes tontos “yo sabio les he de enseñar y de este modo ya no serán más tontos.

A ver mis tontos, Matemáticas 1+1=2, ¿entendieron?........he?.......NO, bueno bueno, entonces Ciencias Naturales: árbol, río, montaña, ¿entendieron?........he?.......NO,

Y cuanto más se esforzaba el buen Eugènne en enseñar, parecía que los tontos menos aprendían, y con cada intento su frustración y desesperación crecía; pero dale que de tontos más que tontos nada aprendían pasado un mes nada pudo enseñar, muy molesto decide partir cuanto antes a su lugar de origen así que determina tomar el barco que al día siguiente parte por la mañana.

Esa noche sentado en una roca junto al mar se le acerca Víctor, el tonto más tonto de todos y al verlo tan triste decide consolarlo y le pregunta
-¿qué haces Eugènne?
-Nada aquí y señalando al cielo responde
-mirando a la luna, y de pronto…. !milagro de milagros¡,
Víctor levanta su dedo índice y señalando al cielo repite “LUNA” Eugènne se quiere volver loco por fin el tonto aprendió algo, pagada esta mi deuda podré entonces partir contento.

Moraleja 1: cuando menos te lo imaginas puedes enseñar algo y puede aprender algo quien menos lo imaginas.

A la mañana siguiente Eugènne loco de contento se alista para partir…pero….no ve a nadie, dale que ni un tonto en la calle, busca por aquí, busca por allá y nada, bueno resignado se enfila con rumbo al puerto cuando ve una turba de tontos justo allí donde la noche anterior le mostró la luna a Víctor…
-¿qué hacen? Le pregunta Eugènne a Víctor
-aquí viendo a la luna, señalando al cielo responde el tonto…..
-no, no, no, no…eso de allá es el sol y por la noche sale la luna, día sol, noche luna,

Pero Víctor insiste señalando con su dedo índice al cielo –no- luna mira luna,
Eugènne vuelve a insistir:
-No, sol en el día y en la noche luna,
Víctor grita
-¡nooooo luna mira luna y le muestra el dedo índice a Eugènne y mirándolo fijamente dice luna, fue entonces cuando Eugènne comprendió que Víctor lo que nombró luna fue su propio dedo.

Moraleja 2: “no te ufanes” a veces uno cree enseñar algo pero el alumno puede comprender algo muy distinto.

Con cariño para todos los maestros en su día...

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